¡¡Calçots exprés!! ¡¡En casa y sin ensuciar!!

 



Para quien no lo sepa, los calçots son una variedad de cebollas tiernas. Son habituales en la zona interior de Catalunya, pero especialmente de toda la zona occidental y es el plato más emblemático de la población de Valls (Tarragona). Es uno de los platos típicos de la gastronomía catalana, muy consumido a finales de invierno con salsa romesco (haz clic si quieres ver la receta), completando con un segundo plato compuesto por carnes y butifarras típicas.

Me encantan los calçots y no hay año que no vayamos a hacer una calçotada al campo... ¡Hasta las he hecho en Galícia! Y, aún así, siempre me quedo con ganas de más porque la temporada de calçots es muy corta y sólo dura los meses de febrero y marzo (y los puristas dirán que en marzo los calçots ya no saben igual). Es habitual ir a comerlos en un restaurante o hacerlos en el campo porque al hacerlos se "carboniza" la parte exterior del calçot y para comerlos hay que perder la dignidad y ensuciarse bastante... pero ¡vale la pena! Este es uno de los motivos por lo que no se hacen calçots en casa... pero hoy te voy a explicar un sistema que hará que esto cambie... 

El método que vamos a usar hoy no es nada ortodoxo... (de hecho si tuviera "followers" seguro que salía más de un hater) pero, dadle una oportunidad... salen súper ricos, en un periquete y sin ensuciarnos. Es un invento de mi madre que no me puede gustar más. 😋


Ingredientes:

(Para realizar una receta sin gluten debéis aseguraros que todos los ingredientes son aptos para celíacos dado que hay ingredientes libres de gluten que pueden llevar trazas de alimentos que sí lo contengan.)

Calçots 
Aceite de oliva virgen extra

Opcional (pero muy recomendable): Salsa de calçots o romesco 


Procedimiento:

Lo primero que haremos será limpiar los calçots. Cuando se preparan de manera tradicional no hay que hacerlo, pero para hacerlos de esta manera, sí. 

Quitaremos la primera capa del calçot (la que se quemaría) y cortaremos un poco la parte verde (yo no se la quité toda). Cuando los tengamos todos "pelados" los lavaremos en abundante agua. 

Dispondremos los calçots en una fuente apta para microondas y los taparemos con papel film. Los cocinaremos en el microondas durante 8 minutos a potencia máxima. Yo puse unos 12 cada vez. 

Cuando acabe el tiempo verificaremos que estén en su punto (deben estar maleables pero sin deshacerse). 

Ahora pondremos una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra y, cuando el aceite esté caliente, marcaremos los calçots por ambos lados hasta que estén dorados. 

Y ya están listos para consumir. 

¡Espero que disfrutéis esta receta tanto como yo!

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